Recorrido artístico
Retrato de Lorenzo el Magnífico, primer mecenas de
Miguel Ángel, por Giorgio Vasari.
Tras la muerte
de Lorenzo el Magnífico, en 1492, Miguel Ángel huyó de Florencia y pasó por
Venecia, instalándose después en Bolonia. Allí esculpió diversas obras bajo la
influencia de la labor de Jacopo della Quercia. Pero en 1496 decidió partir
hacia Roma, ciudad que había de verle triunfar. Allí inició una década de gran
intensidad artística, después de la cual, con treinta años, sería acreditado
como un artista de primera línea. Después del Bacus del Bargello (1496),esculpió
la Piedad del Vaticano a los veintitrés años, y posteriormente realizó el Tondo
Pitti. De la misma época es el cartón de La batalla de Cascina, actualmente
perdido, pintado para la Señoría de Florencia, y el David, obra cumbre de la
escultura, de una gran complejidad por la escasa anchura de la pieza de mármol,
que fue colocado delante del palacio del Ayuntamiento de Florencia y se
convirtió en la expresión de los supremos ideales cívicos del Renacimiento.
En marzo de 1505, Julio II le encargó la realización de
su monumento fúnebre: Miguel Ángel proyectó un complejo arquitectónico y
escultórico monumental en el cual, más que el prestigio del pontífice, se loaba
el triunfo de la Iglesia. El escultor, entusiasmado con esta obra, permaneció en
Carrara durante ocho meses para ocuparse personalmente de la elección y la
dirección de la extracción de los mármoles necesarios. Al regresar a Roma, el
papa había dejado a un lado el proyecto del mausoleo, absorbido como estaba con
la reforma de Bramante en la Basílica de San Pedro. Miguel Ángel, contrariado,
abandonó Roma y se dirigió a Florencia, pero a finales de noviembre de 1506,
después de numerosas llamadas del pontífice –que hasta le llegó amenazar con la
excomunión–, se reunió con él en Bolonia.
En mayo de 1508, aceptó dirigir la decoración de la
bóveda de la Capilla Sixtina, cuyos frescos concluyó cuatro años más tarde,
después de un trabajo solitario y tenaz. En esta obra ideó una grandiosa
estructura arquitectónica pintada, inspirada en la forma real de la bóveda. En
el tema bíblico general de la bóveda, Miguel Ángel interpuso una interpretación
neoplatónica del Génesis y dio forma a un tipo de interpretación de las
imágenes que conseguirían ser un símbolo del arte del Renacimiento.
Después de la muerte de Julio II, en mayo de 1513, el
artista hizo un segundo intento de seguir con la obra del mausoleo del
pontífice. Con este propósito esculpió las dos figuras de los Esclavos y el
Moisés, que reflejan una atormentada energía, la terribilitá de Miguel Ángel.
Pero este segundo intento tampoco prosperó.
Finalmente, después de la muerte de Bramante (1514) y de
Rafael Sanzio (1520), Miguel Ángel consiguió la total confianza del papado.
En 1516, por encargo de León X, inició el proyecto para
la fachada de la Basílica de San Lorenzo de Florencia, trabajo que en el año
1520 debió abandonar con gran amargura. (Ackerman, 1698).
Del proyecto
original se conservan numerosos dibujos y una maqueta de madera. A partir de
1520 y hasta 1530, Miguel Ángel trabajó en Florencia y construyó la Sacristía
Nueva de San Lorenzo y la Biblioteca Laurenciana, en especial su escalera.
Después del saqueo de Roma (1527) y de la expulsión de los Médicis de
Florencia, Miguel Ángel formó parte, como hecho meramente anecdótico, del
gobierno de la nueva República Florentina, de la cual fue nombrado «gobernador
y procurador general de la fabricación y fortificación de las murallas», y
participó en la defensa de la ciudad asediada por las tropas papales. En el año
1530, después de la caída de la República, el perdón de Clemente VII lo salvó
de la venganza de los partidarios de los Médicis.A partir de este año
reemprendió los trabajos de la Sacristía Nueva y del sepulcro de Julio II.
En 1534, al encontrarse a disgusto con la nueva
situación política que se había instaurado en Florencia, abandonó la ciudad y
se estableció en Roma, donde aceptó el encargo de Clemente VII para trabajar en
el altar de la Capilla Sixtina y donde, entre 1536 y 1541, realizó el magnífico
Juicio Final. Hasta el año 1550 fue haciendo obras para la tumba de Julio II, y
los frescos de la Capilla Paulina (La conversión de san Pablo y Crucifixión de
san Pedro).
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