Bóveda de la Capilla
Sixtina
Entre marzo y abril de
1508, el artista recibió de Julio II el encargo de decorar la bóveda de la
Capilla Sixtina; en mayo aceptó y concluyó los frescos cuatro años más tarde,
tras un solitario y tenaz trabajo. El proyecto del papa era la representación
de los doce apóstoles, que Miguel Ángel cambió por uno mucho más amplio y
complejo. Ideó una grandiosa estructura arquitectónica pintada, inspirada en la
forma real de la bóveda. Al tema bíblico general de la bóveda, Miguel Ángel
interpuso una interpretación neoplatónica con la representación de nueve
escenas del Génesis, cada una rodeada por cuatro jóvenes desnudos (ignudi),
junto con doce profetas y las sibilas. Un poco más abajo se encuentran los
antepasados de Cristo. Todas estas escenas están diferenciadas magistralmente
por medio de la imitación de arquitecturas. Estas imágenes se convirtieron en
el símbolo mismo del arte del Renacimiento.
Bóveda de la Capilla
Sixtina, vista parcial (1512). Para Goethe, al contemplarla se comprende de lo
que es capaz el hombre. (Para ver esta imagen en formato panorámico, pulse con
el ratón sobre la imagen y vuelva a hacerlo sucesivamente sobre las nuevas
imágenes que aparecerán. Si vuelve y no aumenta la imagen, vuelva a pulsar.
Para desplazar la imagen emplee el cursor en los bordes de la pantalla.)
Bóveda de la Capilla Sixtina, vista parcial (1512). Para
Goethe, al contemplarla se comprende de lo que es capaz el hombre. (Para ver
esta imagen en formato panorámico, pulse con el ratón sobre la imagen y vuelva
a hacerlo sucesivamente sobre las nuevas imágenes que aparecerán. Si vuelve y
no aumenta la imagen, vuelva a pulsar. Para desplazar la imagen emplee el
cursor en los bordes de la pantalla.Empezó el trabajo el día 10 de mayo de
1508, rechazando la colaboración de pintores expertos en frescos; también hizo
quitar los andamios que había colocado Bramante y puso unos nuevos diseñados
por él. Mientras trabajaba en su primer fresco (El Diluvio), tuvo problemas con
la pintura, la humedad alteró los colores y el dibujo, tuvo que recurrir a
Giuliano da Sangallo para su solución y volver a empezar; Miguel Ángel aprendió
a fuerza de sufrimiento la técnica del fresco, ya que según Vasari, hacía
falta:realizar en una única jornada toda la escena... La obra se ejecuta sobre
la cal aún fresca, hasta concluir la parte prevista... Los colores aplicados
sobre el muro húmedo producen un efecto que se modifica cuando se seca... Lo
que se ha trabajado al fresco queda para siempre, pero lo que ha estado
retocado en seco se puede quitar con una esponja húmeda.
La superficie pintada en un día se llama «jornada»; la
escena de La Creación de Adán, una de las más espectaculares de la bóveda, se
realizó en dieciséis jornadas.El artista también estuvo bajo la tensión de las continuas
discusiones con el papa, las prisas por acabar la pintura y los pagos que no
recibía. Finalmente, la gran obra de la pintura de la bóveda se presentó
públicamente el 31 de octubre de 1512.
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