La primera obra pictórica atribuida a Miguel Ángel, de
cuando este contaba con 12 años de edad, fue el Tormento de San Antonio. La
pintura, citada por los primeros biógrafos del artista, era una copia con
variantes de un conocido grabado del alemán Martin Schongauer. Una pintura de
este tema fue subastada como obra «del taller de Ghirlandaio», adquirida por un
marchante norteamericano y sometida a diversos análisis en el Metropolitan
Museum de Nueva York en el año 2009. Varios expertos en la obra de Miguel Ángel
la identifican como la pintura que el florentino realizó durante su aprendizaje
con Ghirlandaio, aunque existen dudas al respecto.Finalmente, fue adquirida por
el Kimbell Art Museum de Estados Unidos.
Hasta el
reciente hallazgo de Las tentaciones de san Antonio, eran el Santo Entierro y
la Madonna de Mánchester las primeras pinturas atribuidas a Miguel Ángel. El
Santo Entierro se trata de una tabla al temple inacabada, datada hacia
1500-1501, que se encuentra en la National Gallery de Londres. Gracias a unos
documentos publicados en 1980, se sabe que durante su estancia en Roma recibió
el encargo de hacer un retablo para la iglesia de Sant'Agostino de esa ciudad y
que el artista devolvió el pago recibido a cuenta, ya que no había podido
acabarlo debido a su retorno a Florencia en 1501.Esta tabla, que durante muchos
años se ha dudado si pertenecía a Miguel Ángel, finalmente se ha reconocido
como obra suya.Las figuras de Cristo y san Juan son las que muestran más
fuerza, y su composición es soberbia; la figura de José de Arimatea, situada
detrás de Jesucristo se puede observar un curioso parecido con la de san José
del Tondo Doni.
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