Últimos años
Sepulcro de
Miguel Ángel diseñado por Vasari en la basílica de la Santa Croce de Florencia.
Durante los últimos veinte años de su vida, Miguel Ángel
se dedicó sobre todo a trabajos de arquitectura: dirigió las obras de la
Biblioteca Laurenziana de Florencia y, en Roma, la remodelación de la plaza del
Capitolio, la capilla Sforza de Santa María Mayor, la finalización del palacio
Farnese y, sobre todo, la finalización de la basílica de San Pedro del
Vaticano. De esta época son las últimas esculturas como la Piedad Palestrina o
la Piedad Rondanini, así como numerosos dibujos y poesías de inspiración
religiosa.
El proyecto de
la basílica vaticana, en el que trabajó durante los últimos años de su vida,
simplifica el proyecto que concibió Bramante, si bien mantiene la estructura
con planta de cruz griega y la gran cúpula. Miguel Ángel creaba espacios,
funciones que engloban los elementos principales, sobre todo la cúpula,
elemento director del conjunto.
Sepulcro de Miguel Ángel diseñado por Vasari en la basílica de la Santa Croce de Florencia. |
Murió el año 1564 en
Roma, antes de ver acabada su obra, a la edad de ochenta y ocho años,
acompañado por su secretario Daniele da Volterra y por su fiel amigo Tommaso
Cavalieri; había dejado escrito que deseaba ser enterrado en Florencia. Hizo
testamento en presencia de su médico Federigo Donati, «dejando su alma en manos
de Dios, su cuerpo a la tierra y sus bienes a los familiares más próximos». Su
sobrino Leonardo fue el encargado de cumplir con esta última voluntad del gran
artista, y el 10 de marzo de 1564 recibió sepultura en la sacristía de la
iglesia de la Santa Croce; el monumento funerario fue diseñado por Giorgio
Vasari el año 1570. El 14 de julio se celebró un funeral solemne; fue Vasari
quien describió estos funerales, donde participaron, además de él mismo,
Benvenuto Cellini, Bartolomeo Ammannati y Bronzino.
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